Aunque con bastante más frecuencia de la deseada Google altera los parámetros por los que se rige el posicionamiento web, a día de hoy, después de la trayectoria recorrida y por suerte, existe una serie de pautas y recursos que no han variado (o apenas lo han hecho), y que tiene pinta de mantenerse intacta en un futuro próximo. Uno de estos recursos es el llamado contenido evergreen, concepto con el cual se alude a aquellas publicaciones a las que no afecta el paso del tiempo. Es decir, que no caducan. Para entender con facilidad a qué nos referimos, no hace falta más que comparar este tipo de contenido con el que incluyen las entradas o posts cuyo principal criterio para su elaboración es la actualidad. Claro ejemplo de ello son los tuits (que caducan en unas pocas horas) o la mayoría de noticias que podemos leer en los periódicos.
El contenido evergreen versa sobre temáticas que son tan vigentes hoy como lo serán dentro de uno o dos años (o incluso más). Es imposible predecir con exactitud el tiempo de vida de este tipo de publicaciones, ya que nadie sabe qué pasará mañana, pero con bastante probabilidad continúen recibiendo visitas en el futuro. ¿Por qué? Porque responden a cuestiones que inquietan a un gran número de cibernautas, y su formato permite que estos artículos sean revisitados una y otra vez, tanto por un mismo lector como por nuevos usuarios ávidos de conocimientos sobre una materia en particular. Un claro ejemplo de una publicación evergreen sería ‘Fundamentos de la fotografía en blanco y negro’, o ‘Guía definitiva del marketing de contenidos’.
Por qué es tan importante para el posicionamiento SEO
De lo dicho en los párrafos anteriores puede deducirse la relevancia que el contenido evergreen tiene de cara a un posicionamiento SEO efectivo: las publicaciones confeccionadas con este tipo de material divulgativo continuarán recibiendo visitas durante mucho tiempo, a diferencia de los contenidos actuales o de tendencia (y, por tanto, de interés pasajero). Además, las entradas y posts evergreen hacen que sea más fácil incluir vínculos internos que enlacen páginas dentro de nuestra misma web, algo que Google sigue recompensando.
Construyendo nuestra propia biblioteca
Dado que todos los contenidos evergreen que publiquemos estarán ligados, de un modo u otro, al sector al que se dedique nuestra empresa (ya sea a la informática, al mundo de la construcción o a la difusión cultural), conforme más entradas elaboradas con esta clase de contenido incluyamos, más cerca estaremos de convertirnos en una web de referencia en nuestro sector (otro motivo más por el que recibiremos más tráfico). Así, poco a poco iremos construyendo una especie de biblioteca virtual dedicada de manera específica a la temática de la cual seamos expertos.
Cómo publicar contenido evergreen
Antes de ponernos a redactar deberemos hacer un pequeño análisis de qué es lo que están publicando aquellas otras webs a las que consideremos nuestra competencia. ¿Publican contenidos evergreen? ¿Con qué frecuencia? ¿Les está funcionando? Una vez seamos capaces de responder a estas cuestiones, estaremos en disposición de aplicar los conocimientos adquiridos, y lo haremos en dos sentidos: por un lado, evitaremos cometer los mismos errores que las webs estudiadas, y, por otro, tomaremos ejemplo de aquello que les está funcionando para aplicarlo en nuestra labor, pero siempre aportando un valor añadido en cada una de nuestras acciones. Es decir, que jamás copiaremos (o diremos exactamente lo mismo que han dicho otros pero alterando un poco las palabras), sino que nos detendremos a pensar en cómo podemos reformular una temática o enfoque de manera que sea atractiva para nuestra audiencia. Solo de este modo lograremos destacarnos y ganarnos a nuestro propio público: asegurándole que nosotros le vamos a proporcionar algo más de lo que pueda ofrecerle nuestra competencia.
Para ello, utilizaremos cualquier recurso que esté a nuestra disposición, tanto literario como a nivel de formato (o diseño). En cuanto al primero (y el más importante), nunca hemos de perder de vista el tono y el grado de dificultad de nuestro léxico, que siempre deberán responder a un equilibrio entre cercanía (el lector debe sentir que le hablamos a él) y utilidad (al acabar la lectura, nuestra audiencia siempre debe haber aprendido algo nuevo).